Kum Nye Yoga Tibetano. Para amigarte con tu experiencia y con vos mismo

Desde hace dieciséis años, el psicólogo holandés Arnaud Maitland, instructor de Yoga Tibetano, trae a nuestro país las enseñanzas de esta disciplina milenaria, que llenan de sentido la vida cotidiana. Uno Mismo conversó con él antes de su próxima visita. El holandés Arnaud Maitland es abogado y psicólogo, master en Filosofía y Psicología en Budismo Tibetano, e instructor Senior de Kum Nye, Yoga Tibetano. Desde 1976, vive, estudia y trabaja con el Lama Tarthang Tulku. Lleva 35 años brindando conferencias, talleres y retiros en todo el mundo con el fin de llevar la sabiduría milenaria de esta disciplina a la vida cotidiana. Es autor de ‘’Vivir sin Arrepentimiento: La experiencia humana a la luz del Budismo Tibetano’’, de Editorial Norma. Hoy, conversamos con él.

-Ud. dice que podemos liberarnos de nuestro condicionamiento y empezar a vivir de manera significativa. Esto parece un desafío que podría llevarnos toda la vida, ¿cómo es que un cambio de esta naturaleza ocurre en tan sólo unos pocos días durante un retiro? -En unos pocos días de retiro se puede progresar bastante. Podes descubrir que muchas de tus actitudes y conductas son en realidad respuestas automáticas provenientes del condicionamiento de nuestra familia de origen y de la cultura en la que fuimos educados. Es un descubrimiento maravilloso ver que en realidad podés elegir. No rebelándote, sino experimentando lo que es real y verdadero para vos. La mayoría de la gente no comienza este proceso antes de los 30 años de edad. En nuestros retiros relajamos el espacio interior para que los viejos condicionamientos no nos mantengan prisioneros. Por supuesto que hay todavía una tendencia a seguir viejos patrones, ese es nuestro Karma. Pero una vez que nos damos cuenta de que tenemos opciones, podemos experimentar lo que es importante para nosotros, y escuchar nuestra voz interior en lugar de escuchar las voces de nuestros padres, familia, pares, y las presiones del trabajo. Sí, es un desafío que te llevará toda la vida. Pero el desafío mayor es ver que muchas veces cuando te relacionas con otros, o cuando vas detrás de ciertas metas profesionales, no sos vos mismo. Básicamente, necesitamos relajar las tendencias internas que nos llevan a actuar, y luego aprender a reconocer lo que nos es valioso. Porque lo que nos es valioso, es la clave. Para que esto sea posible, necesitamos sentir qué es lo significativo para nosotros, qué nos importa, qué amamos. Así gradualmente vamos creando nuestras propias condiciones. Lo que es único acerca del enfoque del Kum Nye, es que, en lugar de estar condicionados por influencias externas, desarrollamos el lenguaje de nuestro cuerpo. Al oír nuestro cuerpo, y darle espacio y tiempo, empezamos a construir nuestras vidas sobre la base de nuestro propio fundamento.

Hay otro tipo de condicionamiento que es difícil de quebrar: el condicionamiento por la presión del tiempo. Desde una muy temprana edad, tratamos de encajar en horarios que nos pusieron otros. Nos sentimos más y más apretados, y básicamente no hallamos nuestro propio ritmo. Siempre nos sentimos cortos de tiempo, o presionados por el tiempo. En el Kum Nye podemos relajar estas presiones dándole espacio a los ritmos de nuestro corazón, nuestra barriga. Cada uno de ellos tiene un pulso natural con el que podemos reconectar de manera tal, que estando aún muy ocupados podemos estar en nuestro propio ritmo, y manejar más cosas. Mucho del estrés de hoy en día parece tener su origen en dos causas: el condicionamiento temprano y las presiones de tiempo. El Kum Nye puede revertir estas tendencias, y entonces nos vamos sintiendo más cómodos en nuestra corporización. Una vez que reconocemos esta posibilidad, la vida adquiere una nueva dimensión que sentimos “espiritual”.

-Últimamente se escucha mucho en los medios referirse a las neurociencias y algunos recientes descubrimientos muy prometedores acerca de la naturaleza del cerebro, y las maneras de entrenarlo para llevar vidas más felices. En las enseñanzas budistas cuando se habla de los poderes de la mente, ¿se relaciona con este mismo concepto?

- Ciertamente, los descubrimientos de las neurociencias son fantásticos. Se ha demostrado que existe flexibilidad y maleabilidad en la manera en que el cerebro opera. En el Kum Nye la mente y el cerebro no son lo mismo. El cerebro es parte de la mente, pero la mente, como la entendemos en el Kum Nye, es mucho más expansiva. Un ejemplo simple puede ser el caso de la región abdominal, que se la llama a veces el “segundo cerebro”. Esto significa que, si la zona abdominal está relajada y cómoda, de alguna manera tiene la capacidad de informarnos. Esto pertenece al nivel de los sentimientos, que en el Kum Nye es diferente de las emociones. De la misma manera que podés ver con tus ojos y oír con los oídos, podes sentir con tu cuerpo. En el Kum Nye relajamos el cuerpo para que estos sentimientos puedan comenzar a fluir otra vez, lo cual representa su estado natural. Una vez que los sentimientos fluyen, el cerebro nos puede proveer de otros in- sights. Por ejemplo, sentimos lo que vemos, sentimos lo que oímos, sentimos lo que sabemos, y este tipo de sentimiento excede el pensamiento. Una vez que la mente comienza a abrirse, descubrimos que tiene capacidades que ni siquiera conocemos, o que desatendemos, pero que en realidad son capacidades normales, como la clarividencia, la telepatía, y una conciencia básica del mundo no físico. La mayor parte de nuestra información y de nuestro accionar está basado en este tipo de poderes.

Kum Nye: Yoga Tibetano

Lo que es único acerca del enfoque del Kum Nye, es que en lugar de estar condicionados por influencias externas, desarrollamos el lenguaje de nuestro cuerpo. Al oír nuestro cuerpo, y darle espacio y tiempo, empezamos a construir nuestras vidas sobre la base de nuestro propio fundamento. Los poderes de la mente nos pertenecen por naturaleza, y pueden cultivarse en un corto tiempo. La sincronicidad empieza a ser algo normal y contamos con otra herramienta para crear las condiciones de una vida feliz, significativa y exitosa.

Por ejemplo, podemos comprar un auto que ya sabíamos que queríamos, pero tratamos de encontrar razones para justificar nuestras sensaciones viscerales. Una vez que los poderes de la mente comienzan a liberarse, todo parece tener significado, es como si todo fuera un mensaje para nosotros. -¿Cómo explica las enseñanzas que dicen que los seres humanos somos por naturaleza buenos, afectuosos y que no carecemos de nada? Esto parece contradecir lo que leemos en el diario todos los días. ¿Cuál es el origen de la violencia y la inequidad en tantos lugares del mundo? -La respuesta en realidad es bastante sim ple, y uno se pregunta por qué no la sabemos todos y no lo practicamos más. Mi experiencia de 35 años, y sólo puedo decir esto respecto al Kum Nye porque es una práctica que conozco más que otras, es que después de una hora y media de Kum Nye, mucha gente se siente “mucho mejor”. Frecuentemente las personas llegan a la clase alterados y después de una hora y media se sienten alegres y no recuerdan qué les molestaba. En un retiro esto es aún más fuerte. Por supuesto que la gente entra en áreas más oscuras de sí, pero todos salen airosos. Al final, el 98% de la gente se siente feliz, apreciativa y renovada para retomar su vida. ¿Cómo puede ser? Las posturas y movimientos del Kum Nye, los ejercicios de respiración y el énfasis en la quietud, relajan los patrones habituales de inquietud, y ésta se disuelve en una calma interior que se puede sentir y experimentar. Asentados en la quietud del Kum Nye, recuperamos la integridad del ser interior. En lugar de estar en la cabeza, apretados y presionados, la energía del corazón, del abdomen, de las manos y de la columna vertebral despierta a la vida. Usualmente estamos aletargados. Pero cada parte del cuerpo es su propia fuente de energía e información, y el sufrimiento que experimentamos se debe a que muchos de nuestros recursos están inactivos. Es como manejar un auto siempre en primera, o con un solo cilindro en lugar de cuatro. Por supuesto que estamos estresados y temerosos. Por debajo de la violencia hay un temor de estar desconectados de nuestra fuente. En lugar de conectar con nuestro fundamento y con el lenguaje del corazón, buscamos algo externo para sentirnos enteros y completos. Ahora, si esta búsqueda externa nos satisface, será sólo de modo pasajero, porque lo que encontremos cambiará y perderemos nuestro piso nuevamente. Si estamos conectados con nuestra propia naturaleza, no perdemos nuestra base, ya que ella siempre está allí. Aún en los estadios finales de la vejez y la muerte. Una vez que experimentas un sentido de la totalidad, te das cuenta que no te falta nada. Hay abundancia en lugar de escasez. En lugar de ignorancia, hay alegría de poder conocerlo todo. Sabes cómo mejorar tu vida, y cómo mejorar la situación en tu hogar. No te falta nada, excepto el conocimiento de cómo hacerlo. Ese conocimiento falta porque nos apoyamos sólo en nuestros pensamientos. No tiene nada de malo el pensamiento, pero excluir el mundo del sentimiento, que es nuestro lenguaje del conocimiento interior, causa un desequilibrio. Y entonces empezamos a aferrarnos para mantener el control. ¡Hete aquí la violencia! En el Kum Nye descubrimos que la mente lo permite todo; el problema es el funcionamiento de la mente, no la mente en sí misma. Una vez que comenzamos a entender a nuestra mente, vemos cuán preciosa es, y cuán equivocado es culpar a otros o sentirse culpable. Las enseñanzas de Tarthang Tulku comienzan con el Kum Nye para que puedas amigarte con tu experiencia y con vos mismo.