Parir con placer

Cuando hablamos de las formas de parir y de nacer, estamos hablando de la cultura en la que las mismas suceden y del tiempo histórico que las atraviesa.

Dime que humanos necesita una cultura y te diré como parirán sus mujeres y que mandatos de crianza se espera de ellas!

En este camino de recuperación de tantas cosas que estamos haciendo una cantidad creciente de humanos, y ante la evidencia de modos de vivir que no desarrollan nuestras mejores cualidades, la forma en que llegamos al mundo, la calidad de nuestra vida en el vientre materno, es decir, el bienestar o no de las mujeres embarazadas, deberían ser la prioridad de una sociedad que quiere mejorar y prosperar.

Para ir en esa dirección , hay un paso importante que es cambiar en el imaginario de las jóvenes las escenas de horror que rodean los partos y que las hacen cerrar las piernas y los ojos , cuando las ven o las piensan.

Por eso en sus inicios el movimiento de respeto en el parto y el nacimiento se llamó 'humanización". Es decir, de recuperación de los valores de humanidad, de la intimidad, de la dimensión afectiva, sexual, singular del parto y el nacimiento humano.

María Jesús Blázquez, una profesora de biologia de secundario en Zaragoza, realizo durante años una labor de educación profunda entre las jóvenes enseñando su asignatura a partir de esa recuperación del propio nacimiento y del acto de parir como una construcción de conciencia y cuidado de los que serán los padres del futuro. Hoy las mujeres llevamos 70 años de los primeros movimientos de ese despertar. Algunas de nosotras podemos recordar que fueron nuestras propias abuelas, las que dieron esos pasos.

Si! El desarrollo humano es más lento que lo que desearíamos. Pero allí estamos las nietas, pensando ahora en nuestras hijas y en nuestras propias nietas, dando continuidad a esa tarea femenina de recuperación, sanación y reconstrucción, para traer al mundo no solo a nuestros hijos! Fue el placer, el ser deseantes y no solo deseadas, una de las cualidades recuperadas que trajimos al mundo.

Ina May Gaskin cuenta que en una encuesta a 150 mujeres, el 20% atestiguó haber experimentado algún tipo de placer durante la labor de parto.

Claro que las condiciones que las rodearon fueron de privacidad, intimidad y respeto, y eso sucede generalmente fuera de los hospitales.

Muchos de estos movimientos no se oponían a la ciencia sino a ese versus que hay a veces entre mundos y que obliga a optar en vez de integrar.

Para ir en la dirección de la evolución que los ciclos piden, no se trata de informar solamente sino de un real cambio representacional entre las jóvenes, como el hecho de poder hablar, de escuchar otras experiencias posibles, de ver otras imágenes, de ese trabajo fino de búsqueda que hace la conciencia cuando intuye tesoros escondidos o robados.

Está en los mitos, en los cuentos, y por lo tanto en nuestro inconciente colectivo, que así es. Es dentro de esa trama que la protagonista de esa historia atemporal que es la de la vida misma, hace su camino por el laberinto.

La sexología , como ciencia, ha dado cuenta desde mediados del siglo pasado, de mujeres que han tenido partos en los que sintieron placer. Juan Merelo Barberá presentó un informe al respecto en el congreso de Ginecología de París en 1985. Los hubo también en la Universidad de Indiana; Masters y Johnsons hablan de ello, El Informe, Hite, cita a una mujer que aseguraba que el parto había sido el mayor orgasmo de su vida. El Dr.Schebat del Hospital Universitario de Paris registró, en un total de 254 partos, 14 casos de partos "orgásmicos", es decir, vivido en una explosión de placer.

Casilda Rodrigañez Bustos, que también ha investigado en este tema, dice que Juan Merelo no cesó de insistir en que es más frecuente de lo que podamos pensar. ¿A qué humanidad dan paso estos partos así vividos, estos niños así nacidos?

Podemos sembrar en las jóvenes las semillas de confianza en las búsquedas de sentido. Las que las alientan en el camino hacia sus cualidades interiores, sin distraerse en discursos que prometen regalarles fuera lo que solo puede encontrarse dentro.

Imágenes como estas, comienzan a hacerlo posible. Las que ellas crean en su mente cuando escuchan relatos vitales y verdaderos de sus mayores. Las que se desperezan como un afirmativo: "yo sabía" en su interior cuando hablamos de manera resonante.

Podemos despertarlas a través de relatos de mujeres vivas, a través del arte y creando espacios donde debatir ideas. Recordando que la vida hecha a mano es una labor artesanal, que es desde adentro hacia afuera que construimos nuestro mundo y que tenemos mucho que sanear de nuestros linajes femeninos. Que es entre todas que esas acciones toman realidad y fuerza.

Es nuestro compromiso de transmisión para las nuevas generaciones Que así sea!